En la edad media el pensamiento filosófico, y por lo tanto la ética estuvieron sujetos a la teoría. La ética cristiana se centra en las verdades reveladas sobre Dios y la relación del ser humano con su creador, así como la conducta que debe asumir para alcanzar la salvación eterna.
En esta época sobresalen dos pensadores: San Agustín y Santo Tomás de Aquino, que utilizaron las herramientas racionales de la filosofía para fortalecer las ideas cristianas. En San Agustín influyo la filosofía platónica y en Santo Tomas la aristotélica.
San Agustín de Hipona:
El tema principal del pensamiento de San Agustín es la relación del alma con Dios. A partir de la interioridad el alma podrá elevarse hacia Dios, en un sentido ascendente.
Como dije, San Agustín combina los principios teológicos con las herramientas racionales de la filosofía buscando unir la fe y la razón. Ambas son medios que se complementan en la búsqueda de la verdad. Es decir que creer no es irracional, ni el conocimiento racional de Dios atenta contra la fe.
Sin embargo aunque son complementarias, la fe debe guiar a la razón, puesto que si esta se utiliza correctamente, lejos de contradecirla, la reforzara.
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